10 consejos para escritores

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Un pequeño decálogo de costumbres que me han sido útiles.

1. Escribe poesía.  Sin finalidad. Como estiramiento para el alma. Para ti.  Por disfrutar de las palabras y el eco de sentimientos, recuerdos y vivencias que han quedado ancladas.  O para destilar la belleza de imágenes q almacenes en tu interior.

2. Regálate cosas. Un croissant con mermelada, un paseo a mitad de la tarde, sexo (si es en compañía, mejor) Cualquier gesto hacia tí mismo. Quiérete.

3. Lee libros sobre cómo escribir. Aunque no escribas guiones, los de guionistas o para guionistas son de lo más útil. Luego interioriza, olvida y quédate con lo q t sirva a ti y a tu historia.

4. Fíate de tu instinto. Sé intuitivo. Tanto para lo bueno (apostar por algo) como para lo malo (tirar a la basura tooooodo lo necesario)

5. Reescribe. Reescribe. Reescribe. Espera, otra vez: re es cri be. Hace poco mi pareja me dijo que batiese el puré de verduras, me indicó cómo saber cuándo estaba lista: –Cuando creas que ya la has batido lo suficiente, entonces, bátela otros cinco minutos.– No lo hice así y quedaron grumos. Pues las historias también pueden tener grumos, así que cuando creas que ya está lista, y de verdad lo creas, entonces… Reescribe again.

6. Nunca, nunca, absolutamente nunca, escribas sin ganas. Puedes probar a forzarte un poco… pero si no estás disfrutando de la escritura. Haz otra cosa. No te sientas culpable. Eso sí, estate atento y a la mínima oportunidad en que te apetezca… ponte a ello.

7. Cómprate una pizarra. No sólo es útil para estructurar y ver claramente todo el avance de la historia, también va bien para la espalda y hay algo en eso de trabajar de pie que inspira y hace sentir bien. Lo decía Walter Munch en su imprescindible «en el momento del parpadeo», él es Montador y edita de pie.

8. Escribe de todo, guiones, poesía, novela, cuentos, chistes, eslóganes, monólogos, recetas… todo bebe de todo y con todo se aprende algo que aplicar en todo. Además, es divertido salir de la ciudad donde vives.

9. Relaciona tus aficiones con la escritura. Puedes ver la estrategia del ajedrez como ayuda para trabajar la estructura; las posibles personalidades de tus personajes en los jugadores de tu equipo de futbol, o tus dotes musicales para afinar el ritmo y la cadencia de los diálogos de una secuencia.

10. Olvida los consejos de otros escritores. Son pasos en la arena. Pero hay tantas formas de hacer el camino como tipos de pies.